Abordamos la penúltima clave del modelo Desarrolla® (María Julieta Balart, 2018): Lidera dando ejemplo, con la visión (cómo inspira la cita de Tom Peters) de desarrollar a los colaboradores hasta el punto de transformarlos en, por qué no, líderes.
Liderar dando ejemplo es lograr influir de forma positiva, con el foco puesto en sacar a la luz los talentos de cada persona para ponerlos al servicio de los objetivos de la organización, y a la vez favorecer el desarrollo personal y profesional de los colaboradores.
LIDERAR CON CONSCIENCIA ]
Consciencia, es el acto de darse cuenta. El objetivo de la consciencia es minimizar nuestros puntos ciegos. ¿Cómo?
x Dedicando tiempo a reflexionar cómo los comportamientos y la forma de comunicar impactan en cada uno de los colaboradores y en el equipo.
x Siendo honesto, reconociendo los errores y responsabilizándose de ellos para extraer un aprendizaje.
Lidera dando ejemplo.
“Los líderes no crean seguidores, sino más líderes”. – Tom Peters –
x Escuchando activamente a los colaboradores, en estado de presencia, para entender lo que dicen y comprender cómo se sienten.
x Siendo humilde y aprendiendo de las fortalezas de otros/as.
Además, el ejercicio de liderazgo está compuesto por aspectos de tarea y de relación. Cada persona viene con una inclinación natural hacia una de ellas
x Analizando los aciertos y compartiéndolos para potenciar la gestión del conocimiento.
Los líderes más orientados a la tarea están movidos por el miedo inconsciente a no ser válidos. Logar objetivos y dar resultados es vital para ellos, y como consecuencia suelen ser más controladores. En cambio, los orientados a la relación, tienen el miedo inconsciente a no ser apreciados, por lo que crear relaciones de confianza y buen clima es muy importante para ellos, pero pueden ser poco exigentes en lograr las metas. Ninguna inclinación es mejor, tal como dice el refrán, la virtud está en el equilibrio. Por ello, es importante que el líder sea consciente cuál es su tendencia natural e invierta tiempo y energía en desarrollar la otra para equilibrar comportamientos y de esta manera llegar a todo tipo de colaboradores.
Coherencia, es la alineación entre lo que se piensa, se dice y finalmente se hace. Un liderazgo coherente inspira seguridad e integridad. Características básicas para establecer relaciones basadas en la confianza, aspecto estructural para el buen funcionamiento de los equipos y el desarrollo de las personas.
¿Cómo ser coherente? Chequear si lo que se está diciendo y haciendo, nos acerca o aleja del objetivo. Ejemplo: si no se está de acuerdo con una estrategia y se traslada este desacuerdo al equipo, se le está predisponiendo negativamente a lograrlo (nos alejamos del objetivo), cuando desde el rol se debe motivar a hacerlo. Entonces, podemos pensar que no estamos siendo coherentes con nosotros mismos, pero la pregunta clave es ¿y con nuestro rol, estamos siendo coherentes?
Es como si querido/a lector/a te dijera: “Leer este artículo es una pérdida de tiempo, pero ya que has llegado hasta aquí…”. Con este tipo de mensajes, sin darnos cuenta, no damos ejemplo.
Para comprender mejor qué es la coherencia, veamos ejemplos de lo contrario: 5 incoherencias típicas en el liderazgo.
1. Criticar abiertamente ante los colaboradores directrices de la compañía con las que no se está de acuerdo
2. Hablar del valor del trabajo en equipo y premiar el individualismo.
3. Defender lo importante que son los resultados y valorar el presentismo.
4. Exigir al equipo orientación al cliente y criticar abiertamente a los difíciles.
5. Animar a la gente a tomar decisiones y castigar los errores.
Resonancia. Los líderes resonantes encauzan sus emociones en una dirección positiva y de esta manera inducen un estado de ánimo favorable y cooperativo en el equipo, el cual resulta fundamental para determinar su éxito. El líder resonante no solo ve empleados, sino que se preocupa por las personas en calidad de personas, con las que es necesario trabajar en el plano personal y emocional para lograr el crecimiento empresarial.
Lo contrario a la resonancia es la disonancia. Un comportamiento disonante típico es aquel que ante una situación crítica el líder reacciona con falta de autocontrol, generando más estrés y pudiendo llegar a bloquear a sus colaboradores.
Claro está, que dar ejemplo no siempre es fácil, ya que en muchas ocasiones requiere hacer lo contrario de lo que nos pide el cuerpo (como dejarnos arrastrar por nuestras emociones – liderazgo disonante -) o nuestro ego.
El ego es como una máscara que llevamos puesta y su objetivo es ocultar nuestros miedos inconscientes (a no ser válido, a no ser querido, etc.). Su comportamiento asociado es la reacción automática e instintiva que busca protegerse de las posibles amenazas. Ejemplo: un colaborador nos plantea una forma distinta de hacer algo (miedo inconsciente: no estar a la altura). La reacción podría ser algo así como “Eso aquí no funciona”. Esto sucede porque el ego no suele admitir otras formas de ver, considerando su visión como la “adecuada”, la “justa”, etc. Esta reacción cierra la puerta a la exploración y al posible desarrollo y motivación del colaborador.
En cambio, dar ejemplo se basa en elegir conscientemente qué comportamiento se necesita para generar una energía que movilice al colaborador a dar lo mejor de sí. En el ejemplo anterior, la respuesta (que no reacción) sería “Esto no funcionó en el pasado, tal vez si lo enfocamos ahora de otra forma …”
Por último, “no pidas a tu colaborador lo que tú no estás dispuesto hacer”. Es decir, pedir puntualidad, pero luego ser nosotros los primeros en llegar tarde. El mensaje que enviamos es contradictorio, “haz lo que te digo, no lo que yo hago” y así, no se da ejemplo.
En definitiva, cualquier comportamiento que tenga un líder afecta positiva o negativamente al rendimiento y al potencial desarrollo de las personas que forman parte de su equipo. Ser consciente, trabajarse la coherencia y elegir responder para generar resonancia, son las claves para liderar dando ejemplo.