¿CALMA O SERENIDAD? ]
Así como la alegría requiere un compromiso y disposición de voluntad por parte de la persona para sentirla, la serenidad también necesita un trabajo personal para obtenerla, en especial, en el difícil entorno en el que nos movemos lleno de prisas, ruidos, agresividades y provocaciones, lo cual nos lleva a estar más pendientes del afuera que de nosotros mismos.
En ocasiones se habla de calma o serenidad como si fuesen lo mismo; la calma se define como un estado de tranquilidad, ausencia de agitación o ruido y de nervios de nervios en la forma de actuar. Se refiere en especial a un control emocional para evitar la crispación y tensión ante situaciones conflictivas.
Y la serenidad, como un estado de sosiego en el que no hay perturbación física ni emocional.
// La calma
Aunque son conceptos muy parecidos, en mi opinión es interesante distinguirlos. Para mí la calma es una manera de responder ante situaciones estresantes o amenazantes y puede ser el resultado de una estrategia consciente para evitar mayores peligros o consecuencias indeseadas, o ser una respuesta natural e inconsciente de ciertos estilos de personalidad. Hay personalidades que se comportan con calma en situaciones difíciles, pero no necesariamente son serenas, porque reaccionan así por miedo al conflicto o a las consecuencias y ese miedo no les permite actuar de otra manera, superando así sus debilidades o poniendo fin a determinados conflictos.
// La serenidad
En cambio, la serenidad aunque también represente la capacidad de mantener la calma en situaciones estresantes, es un estado al que se llega después de mucho trabajo personal que incluye autoconocimiento y auto observación. La persona serena es consciente de sus debilidades y miedos y ha sido capaz de afrontarlos y superarlos. Por lo tanto, la serenidad no representa solo una manera de responder a un estímulo determinado, sino un estilo de vida adquirido como opción personal de estar en paz, la cual se logra habiendo gestionado el lado oscuro que todos tenemos.
No hay serenidad, cuando los pensamientos son recurrentes, las emociones son negativas y la responsabilidad de ese estado se deposita fuera. Implica claridad mental y ésta solo se puede tener cuando no hay contaminación de pensamientos o sentimientos negativos, sino la objetividad que ofrece mirar fuera y mirarse dentro y chequear los mutuos impactos, sin autoengaños ni culpabilidades. La serenidad es tener tranquilidad sin movimiento ni inquietud
para poder decidir con oportunidad, lo cual permite ver, valorar y elegir qué, cómo y cuándo se debe actuar con mayores probabilidades de éxito y no genera arrepentimientos ni deseos de venganza cuando no se ha obtenido lo deseado.
La persona serena busca por todos los medios que lo exterior, no afecte su mundo interior. Eso es lo que logra el sabio y por eso permanece imperturbable cuando todos se alteran. Como dijo Osho, peleamos con otros porque vamos acumulando basura dentro de nosotros y tenemos que tirarla fuera. La guerra no está fuera, la guerra está dentro y si no hemos peleado la guerra internamente, la pelearemos fuera. Si hemos peleado la guerra a nivel interno y hemos salido victoriosos, entonces la guerra cesará. Para mí esta es la forma de alcanzar la verdadera serenidad.
Por ello, cuando aprendemos a disciplinar nuestra mente y comprendemos que no existen amenazas externas, sino que nuestros pensamientos son los enemigos, podremos superarnos a nosotros mismos para estar serenos y es entonces cuando podremos decir que tenemos absoluto dominio de nuestra vida y de nuestra felicidad.
¿CÓMO SE LOGRA LA SERENIDAD? ]
Lograr serenidad es cuestión de proponérselo y trabajar para conseguirlo por los que ofrezco una guía para ello:
x Soledad: a veces es necesario aislarse del entorno para preservarse del contagio emocional, de la alteración colectiva, de los juicios y condenas públicas.
x Entenderse: conocer cómo somos, pensamos y sentimos para evaluar cómo percibimos y actuamos ante la realidad.
x Reconocer al otro: en su derecho a ser diferente, por lo que no es necesario tomar esto como una amenaza que nos altere.
x Equilibrio emocional: procurar no vivir en emociones extremas ni ser víctima de los estados de ánimo.
x No arrastrar el pasado: evitar quedarse enganchado en las emociones negativas producidas por hechos del pasado.
x Inclinarse ante el destino: lo que tenga que pasar, pasará aunque no sea lo deseado, pero sí lo necesario.
x Desapego por los resultados: solo podemos ocuparnos del proceso, no controlar los resultados.
x Apertura al cambio: vivir es cambiar y el cambio es vida.
x Disciplina: el desarrollo personal es un trabajo diario que requiere rigor y compromiso.
En definitiva merece la pena, porque al final la serenidad es bienestar y constituye la antesala de la felicidad.